La ciencia cuando volvió a alumbrar a Europa y comenzaron las inquisiciones,
una guerra hacia el saber empezó a expandirse por todo el viejo continente. De
una u otra forma las sacras instituciones tenían miedo a que se pudiera
demostrar que estaban equivocados. Tenían miedo, miedo de que algún pensamiento
sobresaliente, alguna fórmula matemática o alguna conclusión biológica
demostrara que siglos de institución no tengan fundamentos, es irónico y hasta
estúpido pensar que incluso los pensamientos universales podían estar
acompañados de un dios universal, pero para ellos su dios era cuadrado y el
considerar que existiera algo redondo fuera de su cuadrado era oposición.
Murieron grandes pensadores, pero de una u otra forma la ciencia volvió a
ganar, las guerras y las pestes fueron la carretera de distintas culturas, es
curioso pensar que las muertes mundiales fueron las responsables de otro salto más
en un escalón de la humanidad.
La ciencia comenzó a llenar un vació con el cual los ateos se apoyaban, su
nuevo dios era la ciencia, porque la ciencia tenía todas las respuestas y si no
las tenía las tendrá, si bien religiones tuvieron que agachar el moño y usar
los pensamientos científicos esto fue tarde, el daño y el historial sangriento
estaba hecho.
Pero mientras la ciencia compensaba a la religión en el vació que generaba
la incertidumbre, la espiritualidad que aportaba la religión se empezaba a
perder. Fue cuando las artes recobraron la fuerza, tanto como la literatura,
como la pintura y la escultura, ellas comenzaban a realimentar al hombre, pero
lo hacían desde dentro, ellos no lo compartían, si bien un grupo de gente se reunía
para ver a un David, todos ellos se lo guardaban para ellos, no lo compartían.
La música en ese sentido fue la revolución, la música comenzó a perder énfasis
religioso y se apoyaba en el todo, ya no era dios, era la naturaleza, era la
tristeza o era un simple fluir de conciencia.
Hoy en día podemos verificar eso, cientos de personas reunidas en un
recital, bailando, saltando, introspectivamente absorbidos por un solo de bajo.
Es curioso, gente gira en un templo evangélico y son locos, gente gira en un
recital de música y se llama inspiración. Los recitales de música como toda
arte audiovisual es la máxima expresión espiritual de hoy en día y nos guste o
no es la heredera de la religión, la gente la masa, el humano ya no necesita ir
un domingo a misa, va a un concierto de su banda favorita y sacia su vacío
espiritual.
Lo irónico de esto es que el diezmo del recital no es un diezmo y no es
voluntaria su acogida, el adorador de lo audiovisual puede pagar un cerro de
dinero (el cual puede ser justificado) para saciar su espiritualidad. Es triste
pensar que mientras la ciencia intenta liberarse del sistema capitalista, lo audiovisual
se ve dominado por este.
Pagabas tu diezmo para ir al cielo y encontrar las respuestas que nos
atormentaban, los cantos y ceremonias espirituales eran gratuitas con tan solo
ir a la iglesia.
Hoy la ciencia intenta ser libre, pagamos nuestro diezmo para ver a nuestra
banda favorita.
Irónicamente, los roles se invirtieron.
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