domingo, 10 de noviembre de 2013

Lograr todo lo logrado

Existe algo que se llama simbiosis y es hermoso pensar que se da tanto entre organismos de una misma especie, cómo también en organismos de distintas especies, hasta incluso uno puede observar un enfoque distinto y encontrar que un lugar posee una simbiosis contigo mismo ¿Es posible? Bueno, así como la simbiosis entre la Luna y la Tierra, está la Simbiosis entre tú y el Sol, pero eso es ser comensal. El sol no te necesita, jamás te ha necesitado, tu te has vuelto un parásito del sol.

Error, nadie es un parásito del sol, no estamos destruyendo a el sol, no le robamos su energía, no lo explotamos, podríamos ser considerados parásitos de la tierra (pero eso es discutible) pero no del sol, nos guste o no somos sus hijos ¿Lo somos? Me gusta pensar más que somos hijos de los cloroplastos, de los organismos fotosíntesis, nosotros somos sus hijos y el Sol nuestro abuelo.

Somos el único animal que vive 1/4 de su vida con sus padres y es más, no rompe lazos, quizás con tus padres sí, pero jamás romperás lazos con otros humanos, siempre te preocuparas de mantener una conexión, porque los necesitas, somos una especie que evoluciono dependiendo de los otros, si bien puedes usar la estrategia simbionte, la comensal o la parasitaria, siempre necesitarás de otro humano, no puedes engañarte y creerte el cuento de Jon Krakauer, pero nuestra especie logró todo lo que ha logrado del depender del prójimo, para bien o para mal.

Es cuando el parásito entra en la escena, es el que no contribuye, es el que destruye, es el dictador, es el banquero que no se preocupa de endeudar a la gente, es el que roba alimento en el hospital, es el profesor que destruye mentes, es el político que permite que un sistema educativo se vuelva un traficante de esclavos.
Pero algo que no diferencia al parásito humano del parásito biológico, es su degradación, es su no conservación, si te dedicas a buscar cualquier parásito, ya sea una lombriz solitaria, un nematodo, una trichinosis, tipos de crustáceos que parasitan a parientes(otros crustáceos) cercanos. Todos ellos se vuelven repulsivos, una forma que aunque digas que es una adaptación a la ausencia de necesidades esos caracteres los vuelven desagradables ante la vista humana, pierden belleza, se vuelven blancos y de aspecto plastico, te guste o no, el parásito se degrada, aunque sea un proceso evolutivo, su evolución lo degeneró, lo degradó perdiendo su esencia...

Me gustaría pensar lo mismo con los parásitos humanos, pero ellos mismos se vuelven seres repulsivos que terminan creyendo sus propios engaños, terminan con enfermedades mentales, ellos mismos al ser parásitos pierden su esencia como humano.

DATO FREAK DEL DÍA:  Así como existen peces voladores, existen calamares voladores...

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